Montesa, 5 de abril de 2023
El Miércoles Santo, 5 de abril, nos dejaba nuestro amigo sacerdote Joan Albelda Oltra. Llevaba retirado desde el 1 de agosto de 2018, cuando tuvo que dejar su parroquia de Montesa, tras treinta años de ministerio, por una cruel enfermedad.
El pasado día 14, viernes, en la iglesia de la Asunción de Montesa, se celebró una Eucaristía en su sufragio presidida por monseñor Enrique Benavent, Arzobispo de València, a la que se unieron otros seis sacerdotes y un capítulo de la Orden presidido por el Lugarteniente general, frey Rafael de la Brena y los caballeros frey Policarpo González del Valle, comendador de Alcalà de Xivert, frey Hipólito Sanchiz, frey Josep Cerdà, frey Joaquín Gómez de Olea y frey Juan de la Brena.
Ordenado presbítero el 24 de septiembre de 1966, su primer destino fueron dos pequeñas aldeas de Requena, Campo Arcís y los Duques, donde permaneció seis años, hasta 1972. En verano de ese mismo año fue nombrado profesor de religión de la Universidad Laboral de Cheste, hasta que cesó para incorporarse, como maestro de la escuela pública, en septiembre de 1983. Entonces de le designó párroco de Benifairó de la Valldigna, cargo que mantuvo hasta que obtuvo plaza, cinco años después, en el colegio público de Vallada, donde impartiría las asignaturas de matemáticas y valenciano. Ese verano de 1988 el obispo auxiliar de València, monseñor José Vilaplana, tras conocer su destino definitivo en Vallada, lo propuso párroco de Montesa: tomaría posesión un sábado, 1 de octubre, de aquel mismo año.
Aquella parroquia dedicada a la Asunción, de la diócesis de València desde su erección en 1289, había sido incorporada al castillo-convento de la Orden de Montesa por la bula fundacional del 10 de junio de 1317. Por ello, fue rectoría a provisión del maestre primero y del rey unos siglos más tarde, hasta que se incardinó en la Diócesis a mediados del siglo XIX: solo a partir de 1889, los nombramientos corrieron a cargo del Arzobispo de València.
Tras su llegada a Montesa, Joan organizó el movimiento Júnior y otras diversas actividades pastorales, dignificando la liturgia y incorporando el valenciano como lengua vehicular, una realidad –la lingüística– coherente con la lengua del pueblo de acuerdo con lo dispuesto al efecto por el Concilio Vaticano II.
Pero además, a Joan le tocó restaurar el patrimonio de aquella antigua comunidad cristiana, en situación de ruina desde hacía décadas, por lo que hubo de intervenir en todos los ámbitos: el mismo templo parroquial, la Casa Abadía, el convento de las Monjas, el Museo, las ermitas, orfebrería, tablas y lienzos, el órgano…
Aun así, nunca olvidó a los más necesitados, de aquí que las colectas más significativas se destinasen siempre a proyectos humanitarios, la mayoría vehiculados a través de Cáritas. Y así durante tres décadas, hasta que un alzheimer galopante hizo que olvidara realidades, personas y espacios.
En 2003 la sociedad civil de la comarca le tributó un sentido homenaje: fue galardonado por la Associació d’Amics de la Costera con la primera edición del Premio a la Defensa del Patrimonio Histórico-Artístico Comarcal.
Atento siempre a la Orden de Montesa, su relación con ella fue de servicio y afecto: muchos recordamos todavía las lágrimas de nuestro decano-presidente, don Juan de Borbón, tras las palabras de Joan en su alocución al Capítulo de las Órdenes celebrado en Montesa el 15 de octubre de 1989.
Años más tarde, la Orden consideró importante la restauración de las dos plazas de Capellán de Honor que, adscritas a la figura del Rey-Administrador Perpetuo, se mantuvieron desde 1593 hasta el reinado de Isabel II. Así, el 19 de mayo de 2012, en una sentida celebración en la iglesia de la villa de Montesa, se le confirió a Joan la primera de las capellanías de honor en esta nueva etapa.
Joan fue un creyente serio y comprometido, dio de comer el necesitado, acogió al forastero, vistió al desnudo, visitó –y rescató– al preso y te visitó si estabas enfermo.
Hoy está –seguro–, junto a su Creador y junto a María, a quien durante tanto tiempo aclamó como Mare de Déu del Castell de Montesa.